Una sombra vagaba por el mundo, solitaria, pero alegre. Caminaba entre la gente, pasando desapercibida para los demás, estaba contenta de ser diferente y no ver las cosas como los demás. Desde pequeña la habían dicho que no confiara en las personas, que eran crueles y solo se preocupaban por si mismas. Y así la sombra fue creciendo y según pasaban los años, se preguntaba como seria tener a alguien en quien confiar, y por primera vez se empezó a sentir sola.
Un buen día, mientras vagaba como siempre, vio a una persona diferente al resto, estaba sentada mirando al infinito con expresión triste. La sombra se paro y miraba alrededor sorprendido de que nadie parecía prestar atención a aquella persona sentada, así que se acerco a donde estaba ella, se sentó a su lado y comenzó a hablarla. Pasaron mucho rato hablando tanto que se les hizo tarde, cuando se iban, la sombra pregunto si se podrían ver mañana pero la había perdido de vista, la sombra se fue, y al día siguiente volvió a pasar por el mismo sitio y para su sorpresa, esa persona volvía a estar allí. Día tras día la sombra y la persona se sentaban a hablar en el mismo sitio, poco a poco fueron confiando el uno en el otro, hicieron planes comunes pensando en que algún día se irían a un sitio donde las cosas fueran diferentes y pudieran estar juntos. La sombra estaba contenta, había encontrado a alguien en quien confiar y se sentía bien, no era tan malo como le habían dicho.
Un día cuando fue donde se encontraba la persona y se sentó a hablar con ella, la noto extraña, como distante. La sombra intentaba hablar con ella pero la persona la evitaba, fueron pasando los días y las cosas empeoraban apenas se hablaban y cuando lo hacían solo discutían, la sombra no entendía que pasaba y se esforzaba por entender a la persona e intentar arreglarlo pero no parecía posible. Cierto día la sombra no se encontraba bien, y fue al mismo lugar de siempre para hablar con la persona, cuando la persona llego y vio a la sombra se sentó y hablo con ella, pero al ver que esta no se encontraba bien, la persona se fue y dejo sola a la sombra y no la importo. En ese momento la sombra sintió como si algo se rompiera en su interior y supo que tenían razón cuando le dijeron que no confiara en las personas que solo se preocupaban por si mismas. La sombra pasaba por el mismo sitio con la esperanza de volver a ver a la persona, pero parecía que no iba a volver, hasta que un día la vio en el mismo sitio de siempre, y se sentó a hablar, la persona hablo a la sombra como siempre, pero la sombra no sabia como actuar después de lo que la persona la hizo así que la hablo tímidamente. Al día siguiente la sombra se sentó a esperar a la persona donde siempre, pero la persona no fue, así pasaron los días y la sombra seguía en el mismo sitio esperando a la persona, aunque en el fondo sabía que ya no volvería jamás.
